viernes, 12 de febrero de 2010

13/02/2010

Se que prometí no dejar morir este blog, y no lo hago solo que no había llegado a un momento como este en el que estoy totalmente dispuesta a escribir sin pausas. En estos últimos días una felicidad extraña recorre mis venas es la emoción de saber que faltan ya solo pequeños montoncitos de horas para ver a esa persona que me ha hecho sentir especial de una manera tan única. Pero es hoy cuando escucho palabras de varias personas mojadas en alcohol que me llevan a pensar que muchas veces he sido yo la que esta en esa situación, empecé a recordar como el alcohol era un catalizador de pensamientos que no ayudaban en nada a levantar mis ánimos y mi autoestima. He llegado a pensar muchas veces que la felicidad que rodea mi vida no es del todo sincera pero quiero creer que es así. Leyendo un blog encontré una historia muy linda que se resumía en responder a la pregunta ¿Cuál ha sido el momento mas feliz de tu vida hasta ahora? Y trato de responderlo y me es difícil escoger, porque cuando pienso que es realmente esa felicidad ligada al cariño de otra persona me bombardean recuerdos de cómo esa ilusión se destrozaría, y es posible que me quede con momentos como algunos conciertos para postularlos en el podium de mi felicidad y no puedo negar que eso me alegra demasiado, poder haberme dado gusto en ir a ver a los artistas que mas me gustan, pero debo confesar que quisiera que quisiera que por lo menos el tercer puesto lo ocupara una imagen mía junto a alguien siendo realmente feliz y que fuera a prueba de esas balas de un tiempo después que destruyen la magia de ese recuerdo.

Creo que me puse melancólica, pero es el pensar que tal vez la culpa sea mía, pero que hacer para cambiar. Toda mi vida le he tenido distancia a los cambios, y mucho más los radicales, nunca me cambie de colegio por miedo a llegar a un lugar nuevo. Hasta ya grandecita me anime a unirme a grupos de gente fuera del colegio y/o universidad, pero lo afronte con gran dificultad. No me animo a cambiar la forma como soy, no quiero. Quiero seguir siendo como soy a ver hasta donde aguanto, es difícil ser alegre y sentirte triste por dentro, y no es hipocresía o ganas de negar lo que sientes en verdad, es solo que sientes que ríes y que la risa sale muy dentro de ti, es como poder disfrutar por pequeños momentos todo lo que hay alrededor sin mirar lo que hay en tu interior, pero sabes que sigue ahí.

Bueno fue un gran desahogo, siento que descanse un poco.